Hace cualquier tiempo que no subo una entrada. Por esto pido perdón. Se viene navidad y año nuevo, así que no creo que pueda subir otra más. Entonces ahora les digo que aprovechen con todas sus energías la nueva entrada, para que dure más. Ahora un cuento:::::::::::::::::::::::
Emilio es un señor, que gracias a un contrato con el estado, puede vivir tranquilamente con una señora. En una casa. Y todos los domingos, tenía que arreglar algo de esa casa:
El baño, su dormitorio, la pintura, el techo, el jardín, la reja y la casa de su cachorro.
Después de dos meses terminó de arreglar todo lo que su hogar le pedía y por fín pudo descansar. El siguiente fín de semana descanso plácidamente, tomando jugo de naranja natural, que preparó su esposa.
Pero al otro domingo el problema era mayor: Su casa se estaba cayendo, desarmando. Entonces fue a una ferretería a comprar clavos. Lamentablemente hoy en día hay una inmensa gama de artículkos que cumplen las funciones de un clavo. Ya no es tan fácil, entonces buscó, buscó, buscó y buscó. No encontró. Despues fue a otra ferretería y le pasó lo mismo. Su domingo ya se estaba oscuresiendo y el hogar estaba inestable.
Luego de recorrer las cinco ferreterías que hay en su pueblo, volvió a su casa con las manos vacías. Entró por la puerta y cuando saludó a su mujer, se dió cuenta que ella se convirtió en un clavo.
Ahora su mujer es el sustento del hogar.
viernes, 21 de diciembre de 2007
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3 comentarios:
jajaja siempre es lo mismo no hay un buen hogar sin una buena mujer ;)
Saludos
Uy qué bello! pasa en la mayoría de los hogares, sin ser feminista, claro. ja
http://donaamattiaunsorriso.blogspot.com/
Dios vi benedica tutti!
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