miércoles, 11 de noviembre de 2009

Más dedos pal piano

A mi no me calla ni una depresión endógena, ni una película de japoneses suicidas ni unas idas al baño más largas de lo esperadas. Sí sé que me demoré más de un mes en volver a las escrituras blogísticas, pero no me peguen, sólo tuve un bajón creativo que no se debe a ni a dorgas ni a mucho café en las semanas de pruebas. Me hecho la culpa a mi mismo y si le quieren decir "bu!" a alguien, díganselo al álvaro.
Ahora viene un cuento, (por fin) un cuento estilo bibley::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

A la hora de almuerzo todos tenían que ir al cacino a recibir su porción de comida, que por ser martes, constaba de un cerrito de puré y un pedazo de carne que tenía jugo y también tenía dos trocitos (así bien chiquititos) de zanahoria. El Fred y el Tomás se aburrieron hace buen rato de la rutina, se aburrieron del puré y de que todos sus compañeros sean iguales a ellos.
Se sentaron los en una mesa, los dos juntos y sin nadie más, aunque en la mesa había espacio para seis personas, con contenedor de vasos plásticos personalizados. A Fred se le ocurrió preguntarle al Tomi cómo estaba su hijo enfermo, pero antes de hacer la pregunta apareció el Fito y preguntó si se podía sentar en la misma mesa en donde estaban sentados. Ferd y Tomás se miraron, se levantaron las cejas, Fred cerró los ojos y Tomás onduló una sonrisita: "Siéntese no más amigo". Los tres se acomodaron, hicieron sonar sus sillas y empezaron a comerse la comida martesiana.
Fred estaba sentado al frente del Fito y al lado del Fito estaba el Tomi. Luego de unos minutos, Fred se preparaba para preguntarle a Tomás sobre su hijo, cuando se dio cuenta de que el Fito, en su mano derecha, tenía seis dedos. "Oye, ¿Qué onda?, tení seis deos en la mano". "Si po" respondió el Fito. "¿Y por qué? si todos tenemos cinco deos nomás po" Preguntó asombrado Fred.
Fito venía de otro planeta, es decir es extraterrestre. Todos los días salía de su casa a cosechar zapallos, que era el único fruto que se daba todo el año en su planeta y por ende era lo único que allá se comía. En un extracto de entrevista que se lo hizo a un chivuriano (del planeta Chivu), él contó que "Nosotros no estamos ni ahí con la producción en serie, con los abonos y cuestiones que interfieren el natural crecimiento de las cosas. Nosotros cosechamos lo que el planeta da sin ayuda de nosotros los chivurianos, entonces le hacemos al zapallo no más"
La comida era lo más chifirufa que había encontrado Fito en este planeta, así que la disfrutaba al máximo. Pero la carne con puré tenía una consistencia muy seca, como arena movediza, plasticina derretida, que no le gustaba. Entonces para pasar el mal rato, se sentó en la misma mesa que algunos humanos estaban ocupando, para hacer vida social.
"Porque nací en otro planeta, en uno que se llama Chivu" respondió el Fito. Tomás sabía que tenía que hacerle más preguntas al extraterrestre, sabía que la situación que se vivía en ese momento no era normal. Él pensaba: "Aquí estamos con Tomás, el hombre que conversó por primera vez con el extraterrestre y que ahora es su amigo personal. Cuéntanos Tomás, ¿Qué fue lo primero que le preguntaste?"
Algo le tenía que preguntar, no se le ocurría nada, pero antes que lo hiciera su compañero, él se adelantó: "¿Entonces no tení deo de al medio? ¿No podí hacer así?" y le mostró aquel gesto que se hace con la mano, agachando los dedos y transformandola en un puño, pero dejando en alto únicamente el dedo del medio. "No, no puedo".
Fred no quería ser menos, y se le ocurrió una pregunta súper dúper: "¿Y podí hacer el signo de la paz?" "Mmm, no puedo, me sale diferente" Al momento de responder la pregunta, todas las personas que estaban en el cacino, comiendo en las otras mesas, miraron hacia Fred, queriendo saber quién era el anti-pacifista.
Por más que dijiera 'paz y amor para todos' estaba condenado a enfrentar una situación bélica acá en la tierra.