Especialidad de la casa

Hoy continuamos con la continuidad del mes de George, dedicado exclusivamente a George. Este perro le manda saludos a todos, especialmente a Martín, que se autodeclaró fan número uno del perro rosado.
Aquí va una nueva aventura del canino:::::::::::::::::

Grande fue mi sorpresa cuando vi a George acostado en el patio de una casa. Parecía que nunca podrían domesticar a un perro tan antihumanista. Pero por lo menos lo que vi, esto parecía muy posible y verdadero. Intenté viajar al pasado para saber como había ocurrido este acontecimiento, pero lamentablemente aún no se unventa una máquina que me transporte a otra etapa del tiempo-espacio .
Así que cambié el plan: Compré mucha comida y me quedaré viendo a George durante tres días y así sacaré conclusiones de presentes tiempos pasados.
1er día de observaciones: Tres cuartos de día George se quedó acostado en el pasto, mientras el sol asotaba tenuemente en su espalda. El otro cuarto lo ocupo comiendo comida espacial para perros y oliendo cosas curiosas de su nueva casa.
2do día de observaciones: La rutina parecía igual al del día anterior, con la diferencia de que George ahora no comió casi nada de la comida que amablemente una señora puso en su plato. Quizás George esté enfermo y eso me preocupa. También mordió un hueso que encontro en el basurero del hogar y se intentó quitar la correa que le amarraron algunos días antes.
3er día de observaciones: George nuevamente no come nada de su plato de pelets. Eso preocupa mucha a su dueña y esta intenta hacer que su mascota ingiera alimentos. Entonces, en forma de acompañamiento, le pone pedazos de pan a sus ya aburridos pelets. George come todos los pedazos de pan, exceptuando uno que estaba muy añejo. Luego de dos horas, Geroge se escabulle por un hoyo de la pared y sale a la calle. Ahí lo increpo y le pregunto el por qué de su vida hogareña y su abrupta salida y George me responde:
"Según unos amigos, la vida en una casa era muy agradable y hasta parecía ser entretenida. La comida la encontré un asco y la envidia que sentí al ver una patota de perros vagabundeando, me bastaron para convenserme de la soledad humana y para darme cuenta que la civilización del hombre nos agranda como los más beneficiados"