lunes, 17 de agosto de 2009

Un guau con más fuerza

Seguimos con la continuidad del mes de George. Esto va para hoy, un nuevo enigmaen la vida de un perro, que cada día y cada noche, es igual de rosado:::::::::::::::

Luego de llorarle al señor que cuida autos, me tiró unos diarios y con eso pude abrigarme y mantener el calor que escasea en los tiempos invierno-primavera. Me tiendo bajo una banca y el hombre amable me tira los diarios encima, siendo de gran ayuda para mi, que con el tiempo el pelo rosado (casi morado por la suciedad) pierde se habilidad abrigadora. Es difícil lograr el sueño; el frío y las bocinas con olor a alcohol no dejan concentrarse. Para eso existe contar ovejas o, en su defecto, leer el diario-frasada. Entre lo que encuentro, aparece la dificultad en la economía, disputas políticas, en fútbol Chile gana, empata o pierde, según por donde se lo mire y las modelos no saben si posar junto a un auto o un grifo. Y entre copuchas y opiniones bien menudas, aparece una noticia que llama la atención: "Perro pitbull es sacrificado por atacar a dueña de casa".
Antes de decir algo inapropiado, investigo sobre lo sucedido. Me levanto apresurado de mi "cama", se me quita el sueño y pienso que hay que hacer algo. Primero: ¿Qué es sacrificar? Tiene varias definiciones, pero la que me parece más acorde con lo sucedido es: "Poner a alguien o algo en algún riesgo o trabajo, abandonarlo a muerte, destrucción o daño, en provecho de un fin o interés que se estima de mayor importancia"
Me pareció injusto. ¿Es más importante la vida de un perro o una mordedura? Yo no atacaría a un humano por nada, al menos que esté enfermo (alias rabia) o que el humano me moleste y me saque de quicio. Ahí el ataque tendría una explicación racional. Y no habría excusa para matarme o para hacerme algún daño, ya que el daño hacia mi ya está hecho, cuando me molestaron con anterioridad. Ahora si quieren que el pitbull no les muerda nunca más, aléjenlo de su casa, llévenlo a un campo, a un lugar más sano para él, ya que no todos son mandados a hacer para la ciudad y no es culpa de ellos nacer musculosos y achorados y que humanos temerosos los ocupen para que los protejan.
Leyendo con más atención la noticia, me entero que al perro se le iba a dar murte por eutanasia, mañana por la mañana, en la vetarinaria del barrio. Antes de intentar llegar al lugar del futuro crimen, me doy cuenta que el periódico era del martes de la semana pasada. No pude hacer nada y no pude dormir nada.

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