lunes, 15 de agosto de 2011
despertemos
Un agosto como muchos o como pocos: mírelo como quiera. Pero siempre es el mes de George:::::::::
Si antes tenía problemas para dormir, ahora George tiene problemas para despertar. "Es una consecuencia lógica de la edad" le comentó una estudiante de veterinaria a su querido novio. Pero George sabe de la sabiduría y no le va a echar la culpa a una edad que en su vida se tomó la molestia de contarla: Duerme mucho porque no quiere despertar. Él lo tiene clarísimo. Prefiere vivir en sueños donde existen las perras rosadas, donde los gatos se hacen hombres y no caminan por las cornizas de las murallas y donde los humanos no tienen asco de hacerle cariño en la güata ("Con tanto desinfectante, tocai un fierro de micro y ya te da neumonía, porque no tienes defensas, idiota" piensa constantemente George de sus co-ciudadanos, los humanos). En cambio la realidad a George le muestra otras cosas: sin acceso a veterinarias por las heridas en peleas callejeras, semanas y semanas esperando que la perrita en celo salga de la reja (y al final no sucede nada), comida de basureros y generalmente descompuesta y cámaras fotográficas obteniendo la rareza del día: toparse con un perro rosado.
Yo si fuera amigo de George lo despertaría de una vez. Con su manera de ser y carisma, podría despertar un sentir generalizado de muchos perros que viven como él y esperan que su situación cambie. Que no lo consuma el sistema y que no se duerma en los sueños. El cabro tiene un poder de convencimiento terrrrrrible.
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