Antes de mostrarles la continuación del cuento, quería informarles que en el invierno hace frío, PERO ES NORMAL, así que si sienten frío abrígense, y si siguen sintiendo frío, lean la Bibley. No se les pasará el frío, pero le darán ganas de irse a acostar. Aquí va la segunda parte y final::::::::::::::::
Después de comer, Silver se preparó un café e intentó sacarle más información al hombre que estaba junto a él, preguntándole sobre su existencia o si a los demás viejos también les pasaba lo mismo. Cien años respondió que ya no daría más información y se fue a dormir. Pasaron varios días y la situación no cambiaba, Silver y Cien años dormían juntos -porque no hay más camas en la casa del caballero- y cuando llegaban visitas Cien años se escondía y obviamente lo trataron de loco al pobre señor, por no haber rastros del misterioso hombre. Quizo ir al médico, pero Cien Años se negó a acompñarlo, "no" le dijo y después le preguntó: "¿Piensas que no existo?" "Y si no existo ¿Qué soy?". Aproblemado, Silver le dijo: "Mi intención no es ofenderte, pero creo que tu existencia es muy dudosa. ¿Desde cuándo que aparecen cosas, con forma de persona, que te dicen cuando vas a vivir? ¿Acaso aparecerá otra diciendo que mi pelo se terminará de caer en tres años más y otra advirtiendo que el techo el próximo invierno va a ceder?"
Cien años no demoró en contrestar: "Esto es más importante, y tú lo sabes. Se trata de ti, y de un acontecimiento importante para la humanidad: otro de los suyos va a superar el centenario, la medicina avanza efectivamente, y tú estarás vivo para contarlo. Además, ¿No confías en tu visión? ¿No crees lo que ves?". El viejo no tan viejo respondió: "No, no lo creo. Le creo más a una persona que estudió por más de siete años, que a mis desgastados ojos". La conversa se terminó ahí, el visitante fue a tomar agua y Silver llamó al médico. Él vendría a atenderlo personalmente a su casa, en la cual Cien años no tendría como eludir al especialista.
El doctor Sandoval entró a la casa, saludó a Silver y Cien años se escondió en el baño. El hombre le explicó al psiquiatra lo sucedido, que fue de un día para otro y que no tiene para cuando terminar.
Intentando mostrar evidencia, Silver buscó por toda la casa a Cien años, que con una tirada de cadena, dió a entender a los señores que él estaba en el baño. "¡Sale desgraciado, cobarde!" gritó el anciano no tan anciano, pero fue inútil. El médico tenía otras cosas que hacer y lo citó para una semana después en su consulta.
Cuando Cien años salió del baño, Silver lo esperaba con un cuchillo. "La única forma da saber si eres real, será matandote. Si mueres, eras de verdad y son dos buenas noticias para mi: No estoy loco y además no viviré molestosamnete cien años." Antes de que alguien pudiera opinar distinto al caballero, este enterró el filo del arma en el estómago de Cien años y murió instantaneamente, votando pocas gotas de sangre.
Sin que Silver pudiera pensar que no estaba loco y que había matado a un ser vivo, se desplomó sin volver a respirar. Mató su futuro.
viernes, 24 de julio de 2009
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