miércoles, 18 de marzo de 2009

Cabeza dura

Esto que les voy a poner ahora (:O) más que un cuento es un suceso. Una cosa que seguramente pasó una vez, pero lamentablemente no lo presencié. Eso no más::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

De una mezcla de tierra, polvo, minerales, viento y tiempo nació una vez una piedra. Más bien era una piedrecilla, que se podía meter en algún zapato o atascar en una chala. Pero eso no pasó, sólo fue juntando más ingredientes y agrandando su masa.
Luego de una lluvia, sintió la necesidad de darse vuelta, para que su parte posterior pudiera secarse con el sol, ya que estaba húmeda por el diluvio. Pero desafortunadamente esto no pasó y muchas hormigas (3 ó 4) hicieron de esta piedra su hogar.
Todavía no era una piedra consolidada, ni mucho menos una roca, pero por lo menos ya se sentía útil: Era el hogar de algunos animales. No había créditos ni subvenciones para ella, pero aun así se sentía alegre de su pasar humanitario y de su amalgama ordinaria que ya le daba existencia terrenal. El paisaje en el que se encontraba le daba algunos puntos de comparación: Algunas rocas parecían haberse adueñado de aquel sitio, cambiando de color según gustaban y ya casi siendo parte de la superficie del lugar. Un día se las llevaron unos señores de camisa cuadriculada y la piedra quedó como una de las m´s experimentadas del lugar.
Un gris liso ya era su color propio, exceptuando un poco de barro en su trasero.
De pronto vino un niño y la pateó muy lejos.

1 comentario:

Antonieta dijo...

Ay, ya me quede atras .... tu tu tu....

Pero saludos ;)
Suerte! ojala que la vida universitaria le siente bien ;)